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Edición Mayo - Junio 2023 Más deporte, mejor país

FÚTBOL QUE TRANSFORMA VIDAS

Desde que la Fundación Fútbol Más ha incursionado en el corazón de los barrios del Perú, las vidas de muchos niños, niñas y adolescentes ha empezado a cambiar. Una pelota y un gran corazón son suficiente. Sí, el fútbol puede transformar la realidad.

Por: José Rubén Yerén / @jryeren
Fotos: Jhonatan Saavedra y Fútbol Más

Sentados en las gradas de la losa deportiva de la zona 22 de la Unidad Vecinal Matute, en La Victoria, un grupo de niños mira el partido de fulbito que juegan las niñas del barrio. En unos minutos les tocará jugar a ellos. Mientras tanto aplauden y alientan a sus compañeras. Cerca de ellos, una docena de madres de familia -y un puñado de papás- observan el juego mientras conversan entre ellas. Rodeando el campo, cuatro niños más pequeños corren detrás de una pelota, perseguidos por un perro.

Es sábado, el día más esperado por los niños y niñas de este barrio. Hoy les toca ‘clases”, como llaman ellos a las sesiones socio deportivas que la Fundación Fútbol Más desarrolla a beneficio de niños, niñas y adolescentes, de entre 6 y 16 años, en este y otros barrios de Lima, Ica, Cusco, Arequipa y La Libertad.

María José (13) se integró al programa en el 2022, año en que Fútbol Más llegó a Matute. Cursa el primer año de secundaria y quiere ser veterinaria. “A veces me dicen que soy machona por jugar fútbol. Pero no hago caso: yo sé que los hombres y las mujeres pueden jugar cualquier deporte. Además, otras personas me dicen que tapo bien”. Si el fútbol educa, este testimonio es un ejemplo. Hay muchos más.

Fundada en Chile en 2008 y presente en el Perú desde hace ocho años, la Fundación Fútbol Más busca promover bienestar y felicidad en niños, niñas y adolescentes que viven sobre todo en contextos de vulnerabilidad social. Se utiliza el Deporte para el Desarrollo como estrategia de intervención social para aportar en la construcción de espacios protegidos para la infancia.

“No somos una academia de fútbol”, aclara Alejandro Campana, coordinador de programas de la fundación, destacando que se apuesta por el fútbol por su poder transformador de la realidad. “Al ser un deporte masificado, se puede llegar a mucha gente y transformar actitudes y procesos sociales”, asegura.

Jugando aprendo

Dependiendo del barrio, las sesiones socio deportivas se realizan una o dos veces por semana. Estas sesiones son dirigidas por un monitor deportivo, encargado de desarrollar la sesión o ‘clase’, y una coordinadora barrial, que apoya en todo el desarrollo externo a lo que sucede en la cancha.

Existen cuatro categorías: Peques (6 a 9 años), Minis (10 a 12 años), ambas mixtas; además de niñas y juveniles. Las canchas son públicas y las clases son gratuitas. “El único requisito para los niños es que quieran divertirse”, añade Campana.

Uno de esos niños es Yair (10). Tiene la mano derecha vendada, pero igual ha venido a jugar. Y no para de correr. Durante las vacaciones escolares entrenaba lunes y jueves. Ahora, solo los sábados. “De grande quiero ser futbolista”, nos dice antes de irse corriendo detrás de una pelota que ha caído cerca de donde estamos sentados.

Lejos de fomentar la práctica del fútbol competitivo, aquí se promueve recreación, valores y comunidad. Las tarjetas que se usan no son las reglamentarias amarilla y roja, sino verde y azul, que parten desde el enfoque de la disciplina positiva. La tarjeta verde reconoce una buena acción (muestra de solidaridad, aplausos al compañero o recoger papeles del campo) mientras que la tarjeta azul se usa para identificar aspectos a mejorar (poco compañerismo o no pasar la pelota).

Fred Sánchez es el profesor deportivo esta mañana en Matute. Profesional en Ciencias del Deporte, se muestra siempre paciente y sonriente. De pie, dirige a los pequeños durante los ejercicios y partidos. Sentados, formando un círculo, conversa con ellos. Autonomía, derechos, pertenencia a la comunidad, son algunos de los temas que aborda en estas sesiones. “Lo que les remarco es que, más que aprender a jugar, lo importante es que se diviertan y comprendan que el fútbol es para todas y todos. El fútbol es un medio para que los chicos y chicas sean mejores personas”, nos dice.

La actividad deportiva se complementa con el trabajo con la comunidad. Así, mientras los niños y niñas disfrutan del juego, los coordinadores sociales, junto a las familias del barrio, generan un ambiente facilitador para que el niño pueda desarrollarse de manera íntegra en espacios seguros. “En todos los barrios buscamos la creación de un Equipo de Coordinación Barrial – ECB, autogestionado para, por ejemplo, promover el cuidado de las canchas, pintar murales o mejorar los arcos”, señala Campana.

Lo sabe Luciana Espinoza, psicóloga y coordinadora barrial de la fundación desde 2021. Antes de llegar a Matute estuvo dos años en Qhotowincho (Cusco). De esa experiencia destaca la conexión con la comunidad. “Logramos instaurar la metodología, integrar a la comunidad, transferir los conocimientos a los jóvenes líderes… y dejar niños y niñas felices”.

Impacto

Las evaluaciones realizadas muestran que hay una mayor percepción de seguridad en los espacios públicos. Patricia Zegarra, madre de familia, recuerda que antes de la llegada de Fútbol Más a Matute la cancha era insegura. “Venía gente de mal vivir, a tomar y fumar. Con la junta vecinal, más el apoyo de Serenazgo y la policía, recuperamos esta canchita. Los niños y adolescentes se dedican al deporte. Ahora puedes caminar tranquilamente por aquí”.

Patricia nos cuenta que a su hijo, Luis (8), le encanta venir a las sesiones. “¡Está cambiado desde las 7 de la mañana!”. Está contenta de ver que se promuevan valores como la igualdad, el respeto y la puntualidad. Nota cambios en su hijo. “En casa nos dice que no se debe hablar en jerga ni poner apodos a las personas. También ha aprendido que el rosado no es un color solo para niñas y siempre repite que el fútbol es también para las chicas”.

El tema de equidad de género es uno de los impactos más grandes que destaca Alejandro Campana. ”A veces las mamás nos decían: “Deberían hacer vóley para las mujercitas”. Pero al final de las intervenciones les queda claro que todos y todas podemos practicar deportes sin ningún problema y que el balón no tiene género”.

Otro logro es la formación de líderes barriales, quienes le darán sostenibilidad al programa una vez que Fútbol Más deje el barrio. Ocurre en Pucusana, donde hasta el año pasado se ejecutó el proyecto. La metodología quedó y actualmente todas las sesiones deportivas las llevan a cabo líderes de la propia comunidad.

El partido de las niñas en Matute continúa. En la tribuna, Anderson Huanca, vecino del barrio, ve a su hija jugar. Nos cuenta que es la primera vez que trae a sus hijos a participar de las sesiones. “Me enteré por un amigo y me animé. Hasta ahora me está gustando. Ver a mis hijos socializar y divertirse es algo que me alegra”.

Un grito de gol se eleva por sobre las voces, risas y pelotazos. Jimena (10), una de las niñas del equipo de chalecos rosados, ha abierto el marcador. Todas las niñas se abrazan alrededor de ella y dan saltos celebrando el uno a cero sobre las niñas de chalecos verdes. Un niño pequeño invade corriendo el campo de juego y se trepa a la goleadora. Es Maicker, su hermano de siete años.

El partido terminará empatado a un gol. Luego de la charla final del profesor Fred, todas las chicas, abrazadas, gritarán la arenga que les da identidad: “¡Las chicas de Matute!”

En su libro Fútbol a sol y sombra, Eduardo Galeano contaba que un periodista le preguntó a la teóloga alemana Dorothee Solle ¿Cómo explicaría usted a un niño lo que es la felicidad?
– No se lo explicaría — respondió — le tiraría una pelota para que jugara.

Niñas y niños se despiden. Y empiezan a contar las horas para que sea sábado otra vez.

Fútbol Más tiene presencia en 13 barrios en el Perú:

  • Lima: El Ermitaño (Independencia), Chavarría (Los Olivos), Matute (La Victoria), Parque San Felipe (Surquillo), Micaela Bastidas (Villa María del Triunfo) y Huáscar (San Juan de Lurigancho). 
  • Cusco: Qhotowincho (Valle sagrado de Urubamba) y Santiago 
  • Arequipa: Chabuca y Alto Libertad 
  • Ica: Marcona • La Libertad: Nuevo Chao y Valle de Dios
  • La Libertad: Nuevo Chao y Valle de Dios

Inspiradora labor

  • La fundación cuenta con 9,082 beneficiarios en todo el país (entre niños, niñas y adolescentes, asistentes a sesiones sociodeportivas y asistentes a transferencias metodológicas), aunque considerando la cantidad de atendidos el alcance es de 90 mil personas.
  • Fútbol Más Perú, en asociación con GRADE, ganó la Beca de Investigación 2023 Sexual Violence Research Initiative (SVRI) con el proyecto Jugando seguros, estudio que mostrará el impacto del fútbol en la reducción de prejuicios y desigualdades de género.
  • Si quieres ser parte de la transformación de miles de niñas, niños y sus comunidades, puedes donar o hacerte socio/a en www.futbolmas.org

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