Edicion 130 Nov-Dic 2024 Deporte internacional

París 2024: ¿El inicio del auge del deporte en el Perú?

Después de 32 años, el Perú subió a un podio olímpico, logrando la primera medalla de bronce en la historia del país. Además, obtuvo seis diplomas olímpicos. Para muchos, esta ha sido la mejor edición de los últimos tiempos; para otros, el inicio del crecimiento del deporte. Perú Deportes hace un análisis de lo que se logró, lo que no se pudo y lo que viene de cara a los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028.

No hay mal que dure 32 años, ni deportista peruano que lo resista. Perú logró una medalla de bronce que, para muchos peruanos, vale oro, gracias al sacrificio y esfuerzo del velerista Stefano Peschiera. Esta presea de bronce es la primera en la historia de un país que cortó una agobiante racha de 32 años.

Además, se obtuvo seis diplomas olímpicos, superando los cuatro de las ediciones pasadas (Tokio 2020 y México Df 1968). En resumen, esta cita olímpica ha sido la mejor de los últimos tiempos, colectivamente hablando. Pero hay mucho más que resaltar.

Fueron 15 días, donde la atención de miles de peruanos estuvo en los 26 deportistas, 17 mujeres y 9 hombres, que nos representaron en nueve deportes. La diferencia horaria no fue impedimento, muchos madrugaron para ver a sus compatriotas en acción. Después de 36 años, se repetía la misma sensación de madrugar, así como en Seúl 88, donde valía la pena desvelarse por ver a las ‘matadoras’ competir y lograr la medalla de plata en vóley.

Fue tanta la expectativa que hasta el canal de televisión que tenía los derechos de transmisión, dejó a un lado el mensaje presidencial de 28 de julio para transmitir la participación de Sol Aguirre en las peligrosas playas de Teahupoo, en la Polinesia Francesa.

Quizás, la coyuntura estresante del país y, por qué no, el crítico nivel de la selección peruana de fútbol, hicieron que despierte este interés de los peruanos en esta edición de los Juegos Olímpicos. Tras derrotas y noticias nada alentadoras, se necesitaba un golpe de dopamina, una luz que alumbre un ambiente hostil.

Perú llegó con las expectativas altas a esta fiesta deportiva que reúne a los mejores deportistas del mundo. El objetivo era claro: sí o sí se iba a romper la mala racha de más de tres décadas sin subir a un podio olímpico.

La responsabilidad cayó en Kimberly García, marchista dos veces campeona mundial y número uno en el ranking. En la madrugada del 1 de agosto, las esperanzas de medalla de los peruanos se iban disminuyendo cuando transcurría el tiempo y los kilómetros. Los nervios, la presión y un malestar estomacal, hicieron que nuestra carta fuerte quedase en el puesto 16. La sorpresa fue Evelyn Inga, marchista debutante que logró el octavo lugar y un diploma olímpico.

A muchos se les cayó la ilusión de ver a un deportista nacional en el podio. Otros, muy pocos, tenían la esperanza puesta en otros deportistas. En esta edición también llegaron las sorpresas. El primero, Alonso Correa, en surf, que había llegado a semifinales, donde perdió ante el local. La última chance fue pelear por la medalla de bronce; lamentablemente, no se pudo dar. Por un error de un juez de no darle la prioridad al peruano, y por las malísimas condiciones del mar, fue el brasilero Gabriel Medina quien entró al podio olímpico.

La segunda sorpresa fue María Belén Bazo, en windsurf. La velerista sorprendió a todos clasificando a la gran final, pero en la etapa decisiva también quedó en cuarto lugar, a casi nada del podio.

La tercera fue la dupla Kimberly García y César Rodríguez, en la modalidad de relevos marcha (42 k 195 m), que debutó en la Ciudad de la Luz. Fue en esta competencia que Kimi resurgió como el ave fénix; su dupla llegó a darle la posta en el puesto 15, a 40 segundos del primer lugar. La marchista remontó hasta liderar la competencia. Lamentablemente, tras todo el esfuerzo, se posicionaron en el cuarto lugar. Sí, otra vez el cuarto lugar.

Ese mismo día, Stefano Peschiera compitió en la final de ILCA 7. El mal tiempo en el país anfitrión fue una debilidad de estos juegos. En vela se cancelaron varias regatas, y la final se suspendió por dos días. Supuestamente el clima había mejorado y se dio marcha al Final Race, donde Stefano no arrancó del todo bien. Al llegar a una de las boyas, los jueces dieron la indicación que se había suspendido, por el mal tiempo. Esta decisión fue un punto a favor para el peruano.

Cerca de las 10 de la mañana, hora peruana, Stefano volvió al agua, con la determinación de lograr la ansiada presea. Era nuestro último cartucho. Tras minutos de competencia, llegó a la meta en el noveno lugar. Seguramente muchos habían dado por pérdida la medalla porque no entendían las reglas de esta disciplina, pero era la sumatoria de todas las regatas.

Al velerista se le vio sonriente, esperando el resultado. Después de ponchar al primer y segundo lugar, apareció en pantalla el peruano, levantando el pulgar y señalando al cielo en señal de celebración. Y fue él quien cortó esta frustrante racha de tantos años.

Un antes y un después

Detrás de una medalla, hay años de sacrificio, preparación, perseverancia, paciencia y mucho corazón. En su tercera participación en una cita olímpica, Stefano Peschiera pudo entrar al podio. La primera edición fue en Río 2016, donde quedó en el puesto 31; mientras que en Tokio 2020 ocupó el puesto 25.

Pero para llegar hasta donde llegó fue una lucha constante. La poca ayuda del Estado te exige a tocar puertas a las empresas privadas para que brinden apoyo. No muchas apuestan desde el inicio, lo hacen cuando el atleta ya está clasificado.

¿Es justo que un deportista tenga que tocar puertas para poder representar a su país en un evento deportivo tan importante? ¿Qué se necesita para que nuestros deportistas puedan pelear más medallas en los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028?

Lo cierto es que deben tener apoyo, tanto del Estado como de la empresa privada desde el primer día de un nuevo ciclo olímpico, ya que son atletas de élite. Dentro de esa inversión está el trabajo psicológico, pasajes para eventos internacionales y mucho más.

Lima volverá a ser sede de los próximos Juegos Panamericanos 2027, evento previo a Los Ángeles 2028. Lo cierto es que no habrá más presiones para nuestros deportistas ya que se logró una medalla. La meta es que esta sea el impulso para que más atletas puedan llegar a un podio olímpico.

Y es que en esta próxima edición el squash será deporte olímpico, y el número dos del mundo es peruano: Diego Elías. Esta nueva edición será la revancha para otros peruanos, como Kimberly García, María Belén Bazo, Alonso Correa, Nicolás Pacheco, Evelyn Inga y muchos más.

Ver a Stefano Peschiera en la premiación olímpica, muy aparte que ha sido histórico, ha sido una sensación indescriptible. Lo cierto es que las nuevas generaciones pudieron ver a un compatriota en un podio, y a su país volver después de años al medallero general. Esperemos que esto se mantenga y sea un envión para las próximas ediciones olímpicas.

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